La Terapia Gestalt es mucho más que una psicoterapia, es una filosofía existencial que nos ayuda a ponernos en contacto con nuestro Ser y nuestra manera de estar en la vida, en el mundo.
La Terapia Gestalt favorece una actitud de conciencia del momento presente. Es en el Ahora cuando se actualizan y toman forma vivencias antiguas no resueltas y es sólamente ahora, a través de la experiencia corporal y la emoción o sentimiento emergente, cuando podemos abordar de manera creativa cualquier situación que se nos presente.
El trabajo está en integrar de manera experiencial aspectos nuestros que están escindidos, partes nuestras que están alienadas, negadas, rechazadas. Así el proceso en terapia se convierte en un viaje, en una aventura para ir más allá de lo conocido en nosotros y explorar nuevos territorios. Este viaje no es fácil. Requiere valentía, compromiso y confianza en uno mismo. Dentro de nosotros, todos tenemos una parte que busca el equilibrio, que busca el ser completos, reconocidos por nosotros mismos, más allá de nuestros logros, nuestra máscara, nuestra fachada.
Es tarea de cada persona ir pelando poco a poco la cebolla, capa a capa, soltando aquello que nos sobra, aquello que nos limita, que nos hace rígidos y exigentes con esa imagen que damos al mundo, construída a base de expectativas, modelos aprendidos y constructos sociales o familiares.
Por lo tanto es nuestra responsabilidad vivir de acuerdo con nuestra verdad, escuchar con atención y cariño nuestras necesidades no satisfechas y darles un lugar. En esta búsqueda, podremos llegar a encontrar el equilibrio entre lo que sentimos dentro y lo que está fuera de nosotros, un encuentro pleno entre lo que somos y el mundo que habitamos, despojándonos de nuestras máscaras para mostrarnos sin miedos.
La Terapia Gestalt favorece una actitud de conciencia del momento presente. Es en el Ahora cuando se actualizan y toman forma vivencias antiguas no resueltas y es sólamente ahora, a través de la experiencia corporal y la emoción o sentimiento emergente, cuando podemos abordar de manera creativa cualquier situación que se nos presente.El trabajo está en integrar de manera experiencial aspectos nuestros que están escindidos, partes nuestras que están alienadas, negadas, rechazadas. Así el proceso en terapia se convierte en un viaje, en una aventura para ir más allá de lo conocido en nosotros y explorar nuevos territorios. Este viaje no es fácil. Requiere valentía, compromiso y confianza en uno mismo. Dentro de nosotros, todos tenemos una parte que busca el equilibrio, que busca el ser completos, reconocidos por nosotros mismos, más allá de nuestros logros, nuestra máscara, nuestra fachada.
Es tarea de cada persona ir pelando poco a poco la cebolla, capa a capa, soltando aquello que nos sobra, aquello que nos limita, que nos hace rígidos y exigentes con esa imagen que damos al mundo, construída a base de expectativas, modelos aprendidos y constructos sociales o familiares. Por lo tanto es nuestra responsabilidad vivir de acuerdo con nuestra verdad, escuchar con atención y cariño nuestras necesidades no satisfechas y darles un lugar. En esta búsqueda, podremos llegar a encontrar el equilibrio entre lo que sentimos dentro y lo que está fuera de nosotros, un encuentro pleno entre lo que somos y el mundo que habitamos, despojándonos de nuestras máscaras para mostrarnos sin miedos.
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