
La obra nos ha servido de puente para encontrarnos con nuestra otra cara, para volcar en ella todo lo que se presenta como figura y que necesita ser atendido. El vernos reflejados en nuestra propia obra y también en el otro, siendo capaces de reapropiarnos de aquello que a veces ponemos fuera, integrándolo, nos da una nueva perspectiva para afrontar la vida, nuevos recursos para aplicarlos en muchas otras facetas de nuestra cotidianeidad.
Gracias a tod@s por vuestra implicación y compromiso... un regalo.