El proceso de creación es a veces muy parecido a la meditación. Parar, respirar, conectar con la respiración dejarme estar con lo que hay, con lo que emerge, con lo que nace, de repente. Respirarlo, no agarrarlo, darle permiso, un sí, y dejarme estar con ello, de frente, en presencia absoluta. Muchas veces, es el propio movimiento de mi cuerpo, de mis brazos, de mis manos y mis dedos, lo que me lleva a entrar, entrar más, y dejar pasar todo lo demás. De repente, lo importante es la presencia, estar ahí y la imagen se hace rotunda, esclarecedora. El mensaje aparece, aún sin buscarlo. Es en otras ocasiones la música, el sonido, lo que me ayuda a entrar en contacto y me lleva, me acompaña hacia un lugar en el que la imagen despierta. Ya estaba ahí, pero despierta, sí.
Y el silencio. Cuando acojo mi propio silencio, empiezan a surgir las voces, los susurros, y quizás una mancha, una línea, una figura que se materializa en el papel, o a través de cualquier otro material.
Creo que hay muchas maneras de meditar. El dibujo y la pintura nos ayudan a acercarnos a ese lugar, sin exigencias, sin tener que. Es meditación en movimiento, estar presente en el acto de crear, estar, no más.
Arteterapia, visualización y pintura meditativa.
3, 17 y 31 de Octubre
14 y 28 de Noviembre
12 de Diciembre 2018.
En Kinema, Sevilla.
Con Marina Ojeda
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