Esta vez nuestro trabajo en el grupo de arteterapia se ha centrado en la relación que mantenemos con nuestra parte masculina y nuestra parte femenina, en cómo vivimos la mujer o el hombre que llevamos dentro.
Muchas veces vivimos, nos exigimos, o nos sentimos exigid@s, desde modelos en los que no nos reconocemos, y así sentimos contradicciones y malestar con nosotr@s mism@s, sin identificar su causa.
Mediante los trabajos que hemos realizado a través del arteterapia, hemos podido conectar con nuestras raíces, con toda la carga masculina y femenina que heredamos, con nuestros antepasados y nuestra historia desde el presente, desde el aquí y ahora. Descubrir los mensajes que recibimos de la familia, de la sociedad, puede ayudarnos a dar un primer paso en la conciencia de lo que somos y de lo que supuestamente deberíamos ser, de lo que se espera de nosotros. ¿Cuáles son mis heridas, mis temores?... ¿Cómo me siento con mi historia, cómo escucho y recibo las historias de otras mujeres, de otros hombres, cuáles son mis deseos, mis sueños?...
A veces, el descubrirnos dentro de una dinámica que no es la nuestra, genera rabia, dolor. Otras veces nostalgia y al mismo tiempo la necesidad de separarnos de aquello que no nos corresponde y de responsabilizarnos de lo propio, de lo que sentimos y necesitamos.
Palabras y vacíos se mezclan, silencios y certezas, y nos abrimos paso en la búsqueda de nuestra verdadera identidad.
Muchas veces vivimos, nos exigimos, o nos sentimos exigid@s, desde modelos en los que no nos reconocemos, y así sentimos contradicciones y malestar con nosotr@s mism@s, sin identificar su causa.
Mediante los trabajos que hemos realizado a través del arteterapia, hemos podido conectar con nuestras raíces, con toda la carga masculina y femenina que heredamos, con nuestros antepasados y nuestra historia desde el presente, desde el aquí y ahora. Descubrir los mensajes que recibimos de la familia, de la sociedad, puede ayudarnos a dar un primer paso en la conciencia de lo que somos y de lo que supuestamente deberíamos ser, de lo que se espera de nosotros. ¿Cuáles son mis heridas, mis temores?... ¿Cómo me siento con mi historia, cómo escucho y recibo las historias de otras mujeres, de otros hombres, cuáles son mis deseos, mis sueños?...
A veces, el descubrirnos dentro de una dinámica que no es la nuestra, genera rabia, dolor. Otras veces nostalgia y al mismo tiempo la necesidad de separarnos de aquello que no nos corresponde y de responsabilizarnos de lo propio, de lo que sentimos y necesitamos.
Palabras y vacíos se mezclan, silencios y certezas, y nos abrimos paso en la búsqueda de nuestra verdadera identidad.
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